Un aspecto a destacar es la protección de los activos, es decir, si la filial encuentra algún problema o, por ejemplo, la empresa operadora pueda estar en quiebra, la matriz quedará protegida de los requisitos de responsabilidad posteriores.

Por lo general, la imagen del holding suele ser fuerte, superior a la de cada empresa que la conforma de manera independiente.

En la otra cara de la moneda, como mayores amenazas estaría la posibilidad de contagio por críticas a una de las empresas que afecte al resto, percepción en ocasiones de poca especialización, la correcta distinción de las líneas de negocio en los datos contables y determinar el valor del negocio. Este último aspecto es un falso problema y una de las ineficiencias más fáciles de aprovechar por los inversores pacientes en este tipo de empresas.

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