En su última entrevista en TV, Bruce Lee decía que hay que ser como el agua. Vi la entrevista muchos años más tarde, a raíz del exitoso anuncio de BMW. Bruce Lee, a quien mis hermanos y yo admirábamos de niños, se refería a la vida y a cómo hay que evolucionar, adaptarse y ser flexible para superar las dificultades, como el agua que fluye y toma la forma de su entorno.

Lo anterior, que es ciertamente verdad para tantas cosas en la vida, sin embargo, es una tesis incorrecta a la hora de invertir.

La filosofía de inversión de cada uno debe mantenerse leal a ciertos principios fundamentales que están ahí como referencia, para protegernos de nuestras emociones y nuestros sesgos (como comprar lo que está de moda, no vender para no realizar pérdidas, etc.). Una vez definidos nuestros principios, no podemos cambiarlos si al Mercado no le gustan, como habría dicho el genial Groucho Marx.

Un principio fundamental, en mi opinión, es “ser contrarios”, nadar a contracorriente, y no fluir con el agua del Mercado. De vez en cuando, éste bajará como la marea, dejando al descubierto algunos tesoros, y precisamente ésa será nuestra oportunidad de recogerlos, yendo a la contra.

Un ejemplo reciente, fueron las empresas de materias primas en el año 2016. El Mercado pensaba que la producción de dichas materias primas bajaría sustancialmente por debajo de la demanda, y que sus precios se mantendrían tan bajos que ni siquiera cubrirían los costes de extracción de una parte importante de la industria. O sea, un desastre para las compañías del sector.

Sin embargo, nadando a contracorriente, había que reconocer que no tenía sentido esperar que tal situación pudiera ser permanente, y que había una gran oportunidad de inversión en dichas compañías. Aunque, claro, otro asunto era predecir hasta cuándo podía durar la locura del Mercado.

Todo esto es más fácil decirlo que hacerlo. Mientras esperamos nuestra oportunidad, el Mercado se encargará de aumentar la presión sobre nosotros, y a corto plazo nos golpeará con la vara de la rentabilidad relativa y la presión de los clientes. Al mismo tiempo, nos tentará con la zanahoria de lo fácil que sería simplemente dejarse llevar y que la marea levante nuestro bote, como el de todos los demás…

Ser contrario requiere una fuerte convicción en las
propias inversiones

 

Me viene a la memoria la burbuja de internet, y cómo algunos sufrían por no invertir en las compañías de moda, que encima no paraban de subir en base a visitas, usuarios, cuota de Mercado… argumentos poco tangibles, que a mí todavía se me escapan.

Finalmente, ser contrario requiere una fuerte convicción en las propias inversiones. Y esto tampoco es fácil. Lo cierto es que el Mercado no tiene nada de tonto. Al contrario, llegado el momento, es muy eficiente y sofisticado. Simplemente puede ser algo lento en reaccionar. En ocasiones hasta muy lento. Pero que nadie se lleve a engaño, ya que el Mercado se compone de miles de profesionales altamente preparados, muy comprometidos y que trabajan de sol a sol en busca de oportunidades de inversión. No escatiman medios, incluso empleando complejos algoritmos y super ordenadores. Así que antes de tomar la posición en contra del Mercado, es muy importante identificar cuáles son los puntos relevantes y concretos en los que el Mercado se equivoca.

La tesis de inversión debe ser sencilla, para evitar el riesgo de que algo falle en un caso de inversión demasiado complejo. Y cuanto más sencilla queramos que sea, más trabajo llevará su preparación. No hay sustituto del trabajo duro y enfocado.

A principios de 2015, nos encontramos con el caso de Samsung Electronics. La compañía era (y sigue siendo) líder absoluto en multitud de segmentos, pero su diversificación a veces la hace compleja de analizar. Sin embargo, a principios de ese año, y tras separar el trigo de la paja, quedaba un caso simple y claro que se resumía en que el Mercado extrapolaba los márgenes recientes en móviles al 10% o menos, lo que penalizaba su valoración.

Era una posición muy pesimista, ya que dichos niveles eran consecuencia de problemas de inventario recientes, de la competencia de Apple en China (lanzó el primer Iphone de pantalla grande), así como de la novedad de las marcas chinas de segmento alto. Sin embargo, la compañía tenía un plan que explicaba, a quien quisiera escucharlo, que mejoraría ese margen hasta niveles normales. Y la tercera parte de la capitalización bursátil era ¡cash! Lo demás es historia.

La conclusión, es que hay que tener principios de inversión sólidos, aguantar la presión con paciencia hasta que se presenten las oportunidades y tener una tesis de inversión sencilla y sólida. Lo correcto no suele ser fácil, pero lo más importante es ¡NO SER como el agua cuando se invierte!

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