La depuración no es algo que uno elige tener un jueves para distinguirse. La depuración es una larga y esforzada conquista al alcance de muy pocos, al alcance sólo de los que más se exigen. La depuración es el fruto maduro del tiempo, el trabajo, la inteligencia, la profundización y una auto exigencia máxima.

Ese va a ser, desde mi punto de vista, el gran activo de Cobas Asset Management. Un activo propio, conquistado con larga atención y extrema paciencia, y hecho ya interiormente naturaleza. Por eso esta gestora se distingue desde su mismo nacimiento de una manera espontánea y sin esfuerzo: le basta con ser enteramente lo que es.

Algunos llaman simplicidad a la depuración. El sabio parece simple porque ha llegado a una extrema depuración de sí mismo, y ofrece un comportamiento y una expresión que con lo mínimo lo dice todo.

El dramaturgo americano Arthur Miller decía que hay que exprimir el limón, porque sólo la última gota es verdad, esencia, arte. Sólo esa última gota está colmada de contenido y de significado.

La mayor cortesía hacia los otros es ofrecerles esa última gota del limón. Eso significa en este caso hacer en Cobas Asset Management todo el esfuerzo para que lo que los partícipes recibamos tenga la simplicidad, el refinamiento y el sentido de las palabras y los gestos del sabio.

Cobas AM está destinado a hacer arte de la inversión depurando conocimiento, contenidos, presencia y productos. Con un líder como Francisco García Paramés, un ser depurado, un inversor artista, será muy sencillo.

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